aviso al lector

Cada una de las historias y anécdotas que encontrará en este blog son producto de una mente perversa y sobre-dopada. Los lugares, como los nombres o las expresiones son ficticios y ningún parecido con la realidad debe ser tomado en cuenta.

Si, bajo su propia responsabilidad y criterio, decide creerlas, ... ¡eso que se lleva!

martes, 22 de junio de 2010

Golondrinas Negras

Algunos días amanece nublado y las nubes cubren el cielo hasta bien avanzada la jornada. Otros, las nubes dan paso a trueno, centellas y aguaceros y no hay más remedio que esperar a un nuevo sol. En otras ocasiones, los días son nublados, sin discusión, pero el cielo te sorprende con rayos de luz con nombre propio. Mi madre es uno de esos fugaces momentos de claridad, uno de esos rayos que te provocan una sonrisa.
Todo empezó esta mañana, cuando, de repente, me ha sorprendido un sentimiento que no gasto en demasía. RENCOR. Creo que, como un animal enjaulado iba notando presencias acechantes a mí alrededor y, en mi cabeza, una voz me repetía, no te fíes de nadie. PARANOICA hasta morir, las horas han pasado terriblemente torpes.

Que yo sepa, no me aqueja ninguna psicopatía que no sufra cualquier hijo de vecino, pero es que, en las últimas horas, una serie de catastróficos desacuerdos, desaires, malentendidos y revelaciones, han teñido mi alegría y herido gravemente mi ilusión. Estas cosas son así. Como para gustos, colores, yo no podía ser multicolor y hay gente a la que no le gusto. A buen entendedor...

Ese miedo a la traición, ha hecho florecer otros miedos y otras traiciones latentes, que desde la frialdad no tienen sentido y no han de ocurrir, pero no puedo dejar de adivinar los ojos acusadores, los susurros a mis espaldas, los rumores, los gestos ofensivos y el horrendo final...

¡Menos mal que tengo a mamá! Mi madre es algo así como un ángel que en un descuido resbaló de su nube y dio a parar de bruces en este perverso escenario. Todo el mundo quiere a mi madre, todo el mundo la conoce, le saluda, le estima, le tiene en consideración y le reclama. Mi madre es una mujer excepcional, como todas las madres. Ojalá, me pareciera más a ella.

Hace un momento, recibí su llamada. Quería saber que tal evolucionaba mi manía persecutoria y al notarme preocupada ha esperado el momento preciso para arreglarlo todo con uno de esos despliegues de sabiduría mística que ella gasta:

“Pues ¿sabes qué? ¡Tengo una golondrina!”

A lo que atónita le he respondido: “Mamá ¡¿desde cuándo tienes tú una golondrina?! ¡¿Y para qué quieres ese pajarraco, si la gente por lo normal quiere echarlas de sus tejados?!”

Tan feliz y parsimoniosa como siempre, me ha dado la solución: “... ¡Qué sabrá la gente! Quiere hacer un nido en el patio de casa. La vecina Fina quería espantarla, pero eso es porque no se ha detenido ni un segundo a observarla bien... ¡es taaan mansita! ¡Me da igual lo que digáis! Voy a quedarme esa golondrina, porque es muy bonita cuando vuela y también lo es cuando la miras más cerca.”

Qué suerte de madre la mía. Cocina de maravilla, lo arregla todo y todo lo remedia con un cuento sobre golondrinas negras...

2 comentarios:

  1. ¡Menos mal que tengo a mamá! Que frase tan bonita, cuanto dice de ti y de tu madre, no lo digo como madre, lo digo como persona,me tienes intrigada, espero cada capítulo ya con ansias.

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  2. vaye tela tu madre y la golondrina ejejej

    me ha encantado la frase de tu querida madre

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