aviso al lector

Cada una de las historias y anécdotas que encontrará en este blog son producto de una mente perversa y sobre-dopada. Los lugares, como los nombres o las expresiones son ficticios y ningún parecido con la realidad debe ser tomado en cuenta.

Si, bajo su propia responsabilidad y criterio, decide creerlas, ... ¡eso que se lleva!

jueves, 10 de junio de 2010

.. declaración de intenciones ..

No soy buena siguiendo normas, ajustándome a protocolos o admitiendo instrucciones. Prefiero escribir tal y como surge... dejar que se muevan los dedos al ritmo que marcan mis memorias.

Acordamos hacer una tormenta de ideas, pero lo único tormentoso aquí es mi cabeza y ponerle orden me da pereza. ¡En fin! Lo que importa es la intención y la intención es buena. No pretendo aleccionar a mi género con lo aprendido en muchas camas a lo largo de los últimos años. No me siento en disposición ni autoridad de hacerlo, ¡sólo tengo 25 primaveras! Algunas enseñanzas interesantes a mis espaldas, sí, pero me queda tanto que experimentar… tanto que saborear... tanto que desear olvidar y tanto para el recuerdo…

Mi prima asegura que hay noches en las que la apatía no le permite aguantar a buitres de discoteca, en antros pseudo modernos, plagados de adolescentes sobrepasados de alcohol, hormonas, ego y perfume de imitación. En su lugar, prefiere pasar la noche en un sofá, oyéndome teorizar sobre nuestra suerte o las armas de las que se valen las afortunadas que logran mantener a novios perfectos atados a sus caderas. Ella elige escuchar cómo doy un sentido a lo que nos acontece, que no son más que sencillos deseos positivos para atraer la mejor fortuna a nuestros corazones. Dar explicación a nuestros actos y los de ellos, por si, casualmente, encontramos la fórmula que nos ayude a entender estas diferencias nuestras y los motivos de los pesares que los hombres nos dan. Seguimos en la búsqueda de la verdad y mientras, nos reímos durante horas relatando mis últimas anécdotas y aventuras con homo sapiens de todas las calidades.

Lo que desearía lograr con estas páginas es precisamente eso: seguir analizando y asimilando y así, apartar el sexo de la lista de tabúes que aún comparten muchas de las chicas de mi edad. Se escandalizan ante algunas situaciones o actitudes, las cuales, para mi gusto, son acciones de libertad, que no libertinaje. Si quieren sufrir colapsos, no deberían más que tomar algo con cualquiera de mis amigos, ellos si que deberían escribir un libro. No sólo para ilustrarnos con posturas, sabores, texturas y coreografías variadas. Algunos de los hombres que me rodean, heterosexuales o no, se han convertido en el más eficaz de los oráculos que tengo, nunca fallan, nunca me mienten, todo lo ven y de todo me advierten.
Además y durante el camino, desearía que todo el que pasee por estas líneas se divirtiera tanto como yo lo hice en su momento. Porque claro está, todo encuentro, todo episodio tuvo su chispa. Algo excitante. Algo digno de comentar y, en consecuencia, algo de lo que aprender. A penas he conocido a unos veinte o veintitantos hombres en mi vida… pero quiero creer que, entre unos y otros, experimente alguna mejora en mi elección, algún complejo se disipó, algún rincón de mi cuerpo debí descubrir. Este es un elemento claro, una mujer, por su propia condición y naturaleza, debería recibir y hacer suya la moraleja de cada paso que da. Si no es así, a mi entender, pierde el tiempo. Si vuelve a caer una y otra vez en el mismo error, cuando lo único que se trae entre manos es sexo… o necesita una inyección de autoestima o es rematadamente masoquista.

Por mi parte, prometo ser, sobre todas las cosas, sincera. El experimento no tendría efecto ni sentido si no fuera de esta forma... ¿Para qué engañarnos? Todas hemos tenido noches frustrantes, bichos raros entre las sábanas, cuerpos inertes entre las piernas y pequeños grandes problemas a los que enfrentarnos… y ahí también está la gracia. Vamos a encontrarle el ingenio incluso a los días más patéticos, vamos a burlarnos de las crisis pasadas, vamos a dejar de avergonzarnos de nosotras, de lo que sentimos, de lo que deseamos y ansiamos porque quien más y quien menos ha pasado por estos trances y el que esté libre de pecado…

Entendernos a nosotras mismas, para aceptarnos y aprender a convivir con esta celulitis, esta nariz, esta panza ¡o este sujetador mío de la talla 85! Ni siquiera aspiraría a amarme sobre todas las cosas, eso vendrá, porque el roce hace el cariño. Lo indispensable, comenzar con ese roce. Auto rozarnos, por supuesto es productivo, tanto como satisfactorio, así que vamos a ir más allá… vamos a rozarnos la naturaleza de mujer, todas las virtudes, vamos a dejarnos querer, sin pensar en si lo hacen o no los demás. Soy mi mejor amiga y mi peor enemiga, de eso no hay duda, está muy claro. Nadie me defenderá como puedo hacerlo yo, por la sencilla razón de que me conozco como nadie y nadie me hará más daño del que me hago si me lo propongo, por el mismo motivo. Cuando hablo del roce, a eso me refiero, basta de fustigarnos. Somos tan propensas, genéticamente, a inmolarnos.

Estoy harta de escuchar a las mujeres de mi alrededor insultarse, herirse, menospreciarse por cada uno de los lados de su cuerpo, por un mal detalle del destino, por haber elegido al hombre equivocado. ¿En qué momento dejamos de tener decisiones y voluntad propia para seguir las instrucciones que marcan otros, que no nos conocen, ni lo harán y que nada constructivo nos aportan?

Disfrutad de esta vida, lectores, disfrutad de reconoceros en alguna historia. No son tan aisladas, no son remotas, no son propias de la ciencia ficción; son reales, son tangibles y son nuestras. Disfrutadlas, como digo, mientras llegan mis nietos.


Audio: Save the last dance for me. Michael Bublé

1 comentario:

  1. ¡¡QUÉ GRANDE ERES A PESAR DE LAS FALTAS DE ORTOGRAFÍA!!

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