aviso al lector

Cada una de las historias y anécdotas que encontrará en este blog son producto de una mente perversa y sobre-dopada. Los lugares, como los nombres o las expresiones son ficticios y ningún parecido con la realidad debe ser tomado en cuenta.

Si, bajo su propia responsabilidad y criterio, decide creerlas, ... ¡eso que se lleva!

viernes, 21 de mayo de 2010

Segundo round: rubia,1- orangután,0

Ya está aquí el calor. Y con ello no me refiero al buen tiempo, si no al calor.

Esta ciudad se convierte en una olla a presión conforme la escueta primavera desaparece de improviso, salvando esta alergia mía recién estrenada, y de repente, el termómetro sube y sube, las faldas se acortan y acortan y los antros asfixiantes dejan paso mis ansiadas terrazas de verano. Pueril, lo sé. Pero “me da la vida” una noche calurosa, bajo el cielo estrellado, música sin sentido y buena compañía. A falta de vacaciones acordes con los derechos humanos o sueldo que me permitiera disfrutar de ellas como es debido, una noche de estreno, copas para todas y “roneo” es un aliciente más para mantenerse en pie.

Ayer no tenía ganas de volver a casa. Me lo estaba pasando bien. Es más. Una vez en la cama, no podía dormir. Unas cuantas horas en el mundo son muchas cosas que contar.

No era mi idea salir hasta tarde, no es mi estilo disfrazarme para estos eventos. Pero anoche inauguraron mi lugar favorito de la época estival y no podía faltar. Unas amigas y yo, junto con unos 3millones de personas más, nos acercamos hasta allí dispuestos a escribir una noche memorable. Como decía, no eran muchas mis presunciones, tampoco fueron tantos mis logros. Pero hay que recaer en esos pequeños pasos que damos y que suponen cambios drásticos para nuestra filosofía de vida.¡Un fuerte aplauso para los pasitos que nos hacen más fuertes!

Conseguí pulir mi lado sexy e incluso me peiné. ¿Obvio? No tanto en mi caso. Los jóvenes de hoy deben dedicar, según mi propio estudio, entre 4 y 24 horas diarias a broncearse, depilarse, aceitarse, abrillantarse, maquillarse y conseguir esas ondas perfectamente definidas al viento y esos flequillos esculturales alzados 1metro 80 centímetros sobre el nivel de tierra firme.

Cuanto más cerca estaba de la interminable cola que flanqueaba la entrada del lugar, más preguntas abordaban mi rubia cabecita, ¿nadie en esta ciudad trabaja? ¿No hay un solo espíritu estresado en los alrededores? A mí me resulta matemáticamente imposible combinar trabajo, ensayos, tareas del hogar, amigos, amantes y chapa y pintura integral un jueves cualquiera, ¿cómo administran ellos su tiempo? “He comprado estas horrendas medias en los chinos de la esquina, una faja enteriza me ayuda a mantener los pantis en su sitio, mi intento de domesticar mis rizos sólo han conseguido aumentar el volumen de mi testa y necesito tomar, urgentemente, un baño de sol o me tomarán por turista noruega.” ¿Cómo lo hacen ellos? Entre otras conclusiones a las que llegué en la noche de ayer, una toma peso con el tiempo: muchos de los chicos y chicas que pueblan las noches son figurantes contratados por las mafias de la belleza artificial para avergonzarme, para motivarme o, sencillamente, para mejorar la media.

Suerte que siempre hay almas caritativas dispuestas a introducirnos por la puerta de atrás. Ambiente asegurado, empujones, aplastamientos, miradas lascivas, ojos analizadores, música deplorable y... Él.

Unos quince minutos después de aterrizar, lo tenía enfrente, tal y como había soñado, previsto o temido durante toda la tarde. Él, su simpatía, su espacio reservado, su amigo, el salido y su harén de treintañeras hambrientas de compromiso y venenosas como víboras. Se mueve notablemente bien en estos ambientes. Se le ve tan resuelto. Podía oler desde lejos su testosterona y sus intenciones, pero no su perfume. A penas nos separaban 3 o 4 metros, no estoy segura de que me viera. No estoy segura de que fuera lo más aconsejable. Pero no pude evitar sonreír al reconocerlo.

Durante 3 o 4 canciones repasé nuestra última conversación, su indecente proposición y las sensaciones que produjo en mí. Qué miedo me da el ser humano. Con toda la ingeniería que la sabia naturaleza invierte en nosotros y aún somos incapaces de gobernar nuestras voluntades. El pasado, si se empeña, consigue estar muy presente. Mucho más de lo recomendable. Una y otra vez, te abofetea y nubla tus citas, tus tardes, tus reuniones con amigas, tus sueños y tu blog.

He sido víctima, y he de admitirlo, de lo que creí que era nuestra relación y, claro está, no es posible salir del idílico laberinto hasta que la verdad hace presencia. Entonces, entre aquella muchedumbre, vestido como un gigoló y tonteando con horteras de discoteca, tomaban fuerza y definición mis temores. Le echo de menos, sigo pensando en él más de lo que se merece y me habría encantado que se pareciera en algo a la “horma de mi zapato”, pero no es así. No le conozco. No imaginaba los agravios, la frialdad, la falta de imaginación. No se trata sólo del miedo al compromiso. Analizándolo desde lejos, agazapada entre un trillón de aspirantes a novia de Escassi, me resultaba ridículo, poco hombre, repetitivo, soez, evidente y totalmente carente de estilo.

Después de la decimonovena canción de los 90 y con nada más que una copa aguada en el cuerpo, conseguí darle la espalda y dedicarme a bailar y reír con las chicas. Gracias a esa determinación, avisté a un amigo y sin embargo amante ocasional con quien guardo buena relación y latente tensión sexual. La moraleja no puede ser más clara.

Todos y todas empeñados en baches del camino, en historias que no fueron y sus segundas partes... quien más y quien menos añorando pesares pasados y redibujando historias borrosas, no por el paso del tiempo, si no por su pura naturaleza insana, irreal... Prefiero pensar así. Así es mejor. Si me propusiese mantenerlo conmigo, seguramente, caería en la distorsión, engañándome a mí misma y en el fondo, y también en la superficie, comienzo a asimilarlo.

El verano promete. No me lo pienso perder.¡No lo hagáis vosotros!


Audio: Nunca más. Manuel Carrasco.

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