aviso al lector

Cada una de las historias y anécdotas que encontrará en este blog son producto de una mente perversa y sobre-dopada. Los lugares, como los nombres o las expresiones son ficticios y ningún parecido con la realidad debe ser tomado en cuenta.

Si, bajo su propia responsabilidad y criterio, decide creerlas, ... ¡eso que se lleva!

martes, 20 de abril de 2010

Los hombres que no tengo. Las mujeres que no soy.

Época de bodas. Es inevitable.
Con el buen tiempo, las mujeres pierden la cabeza y en ellos se acusa ese miedo a la soledad eterna, a no tener quien les planche la ropa y les prepare la cena, a perder el pelo, los dientes, el encanto y la capacidad para el engaño... pero, sobre todo, el miedo a envejecer y a hacerlo en soledad.

Algunos acumulan casi un década de noviazgo, con sus altos, con sus bajos... con sus decepciones y sus convicciones,”no es para mí”, “no me hace feliz”, “ni siquiera me merece”... pero es terrible envejecer... mucho más, como decía, hacerlo en soledad.

Además de esas parejas que acaban en boda irremediablemente, porque TOCA (interesante el concepto...) después de siglos de relación, también he conocido alguna que otra que, tras breves períodos de contacto o convivencia, deciden lanzarse a la piscina... estos son más listos... se comprometen a compartir bienes antes de descubrirse del todo (si es que esto fuera posible) y salir huyendo.

La decisión, desde mi punto de vista, también es cuestión de edad. No es igual enamorarse, cegarse y anularse en los primeros años de nuestra vida, que hacerlo a partir de los 25... la visión de lo que está por venir es distinta... las inquietudes, las esperanzas, las ambiciones y los monstruos, también.

He oído hablar de mujeres que se enamoraron a los 13 años... y pasaron el resto de sus días pegadas al mismo hombre... Las primeras veces, creí que se trataba de una leyenda, un cuento del pasado, totalmente incompatible con los tiempos que corren... Pero, ¡no! Siguen existiendo estos ejemplares... aún hay mujeres que no sienten curiosidad por el mundo de alrededor... por lo que la suerte podría ofrecerles y firman con los ojos cerrados aquello de: más vale lo malo conocido...

No sé dónde radica la diferencia, debe ser el exceso de testosterona, pero me siento incapaz de crecer y acercarme a la muerte sin conocer más que una forma de querer, nada más que un carácter sexual... creo que me explico.

¿Una cobarde excusa para no admitir que no encuentro quien me aguante? ... Seguramente.

No sueño con casarme entre pétalos de rosas, ni hacerme con el vestido más espectacular. Siento vértigo al imaginar las fases de construcción de nuestro nido de amor y la posterior e inevitable decoración de la habitación del bebe. Quizás dependa del color de pelo, de la altura o el estatus social... pero hoy por hoy, no he encontrado el hombre que me persuada de lo contrario y creo que no estoy dispuesta a conformarme con los demás.

Hay cierta envidia malsana en mis palabras, se casa la mayor de mis primas, en los sucesivos años, lo harán el resto... y yo me veo, solterona aunque sonriente en cada una de las ceremonias, soportando la temida pregunta, “y tú, ¿para cuándo?”, con forzado buen humor y guiñándole un ojo a mi abuela cuando se le ocurra repetirme aquello de... “¡estás más gorda!”. Intentaré no perder la cabeza... ni entonces, ni cuando me sirvan el postre.

Es inevitable y también es positivo aceptar que no todas encontraremos al rico-guapo-inteligente-simpático-heredero, que deslumbra a nuestros padres y amigos y levanta las envidias de todas las zorras del lugar. Aquel que en un flechazo nos declaró su amor, nos regaló un castillo y desea sobre todas las cosas compartir el resto de su vida con nosotras... ¡sin escatimar en gastos! Es inevitable y positivo, y con agua se asimila mejor.

No todas tenemos la misma suerte, pero tampoco la necesitamos. Me niego a creer que todas aspiramos al mismo estilo de vida... la soledad no siempre es deseable, pero no tener un marido 10 no es sinónimo de soledad. Ahí está el error. Si el candidato puntúa 8, quizás hay que darle una oportunidad... todo depende del método de evaluación y de las necesidades de la entrevistadora. El sobresaliente debe ser aburrido... ¡o gay!

Lo que no debería ser de recibo es optar por el aprobado general para todos los mequetrefes de los alrededores. Igual es un tópico, pero si se piensa con seriedad, es cierto y demostrable: siempre hay algo mejor.

Esta cuestión es como aquella de por qué no nos toca la lotería. ¿Acaso juegas? No puedo aspirar a casarme con un terrateniente ilustrado si sólo frecuento pseudometrosexuales, pseudohombres y pseudoseres humanos. Además, me niego a vestir, actuar, pensar o peinarme como el resto de chicas de esta sala... entonces, ¿qué esperas, idiota?, ¡¿Qué te quieran tal y como eres?! Eso sólo le pasa a Bridget, y tu jefe, definitivamente, no es Hugh Grant.

También aquí cometemos el error, ¿por qué nos aferramos a un tipo de hombre? El hombre diez tiene la cara de Clooney, el cuerpo de Pitt y el encanto del vecinito del 4º... ¿Y si semejante Frankenstein no existe? Necesito una oportunidad. Más me vale adaptar el prototipo a cada momento de mi vida, a mi edad intelectual y biológica, a lo que otras relaciones me han enseñado, a los errores pasados, a los aciertos. Mi tipo no son los mayores de 30, ni los menores de 22, ni los rubios, ni los ricos, ni los abogados de renombre...

Mi tipo es aquel que me permite ser yo misma, aquel que no da importancia a la calidad de mi depilación, el que me mira a los ojos en lo bueno y en lo malo, el que admite su condición humana y no se autodefine como un semi Dios. Con él puedo llorar y reír a la vez. Mi hombre 10 es de verdad, y lo he elegido yo. Y no tengo que firmarlo, y no tiene que llegar ya.. puede tomarse su tiempo, mientras viene, lo voy a gozar.



Audio: Contigo. Sabina

2 comentarios:

  1. ...tras mi humilde forma de escribir...realmente genial!!! creo que es el lugar y el momento preciso para aprender de una vez a quitarnos esos tabus sobre soltera o esas costumbres de casarse y comer perdices...no es que no crea en el matrimonio, pero si que creo que hay otras maneras igual de correctas de quererse eternamente. Como bien dices, no hay que esperar el hombre 10, sino tu hombre ideal, aquel que consiga que la relacion sea unica, y que te lleve al paraiso con una simple mirada...quizas estamos acostumbrados a esos tópicos de los que hablas, y mira quien fue ha hablar, pero el hombre 10 existe, quizas no haya que denominarlo asi...me parece genial que te embarques en este blog, y que nos sirva para dar nuestro punto de vista, porque en estos días que corren,es necesario hablar, y hablar en alto, que todo se oiga, y que las cosas empiecen a cambiar, y no solo en el amor, también en todos esos valores que se han ido perdiendo y que tanto necesitamos para que el mundo gire con armonia cuanto menos...gracias por regalarnos este blog

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  2. No te preocupes ciela... no todo son esas situaciones embarazosas de "¿¿niñaaa y tu no tienes novio?? ¿¿para cuando la boda??" y siempre podrás pensar que hay quienes o lo tienen peor que tú, o ya se han casado y descubren que no deberían haberlo hecho, o peor que no saben con quien se casa...

    Miralo por otro lado... al menos todo el mundo piensa que te casarás tarde o temprano con un hombre "apañao"... y no se sorprenderan el dia de tu boda, pues verán a ese hombre apañao en el altar... en mi caso bonita, tengo que hacer declaraciones previas para que no haya desmayor en el juzgado xDD

    Me gusssta tu forma de ver el amor, la búsqueda de él, me gusta tu forma de razonar...

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