aviso al lector

Cada una de las historias y anécdotas que encontrará en este blog son producto de una mente perversa y sobre-dopada. Los lugares, como los nombres o las expresiones son ficticios y ningún parecido con la realidad debe ser tomado en cuenta.

Si, bajo su propia responsabilidad y criterio, decide creerlas, ... ¡eso que se lleva!

jueves, 17 de noviembre de 2011

.. el primer día, del resto de mi vida ..

Lo siento, lo siento, lo siento... ¡En fin! No creo que muchos me hayan echado de menos por este medio.. pero, por si acaso, lo siento.

Pido disculpas a los lectores cercanos, siempre amables, siempre fieles, siempre críticos y constructivos; y también a los lectores alejados, apartados y escondidos. Me pregunto en qué se habrán entretenido todo este tiempo, sin una entrada que imitar, de la que intentar mofarse. Sin una explicación a la que dirigirse.

Se acabó la sequía, al menos, permanente. Os doy mi palabra.

Han pasado largos meses repletos de acontecimientos, unos que celebrar, otros para madurar. En definitiva, he dedicado este tiempo a cambiar, a deshacerme de lo que no necesitaba, de estorbos y de presencias fantasmales. He retomado mi camino hacia adelante. Porque, aunque parezca obvio, no siempre se consigue. He sufrido yugos, barreras y zancadillas y me ha faltado demasiadas veces el valor para creer en mi misma.

¡Qué tonta! Me sé de memoria la teoría, "si tú no te quieres, nadie lo hará", "vales mucho, estás sobradamente preparada",... y sin embargo, cómo nos cuesta a las mujeres encontrar la oportunidad que nos saque del cascarón del prejuicio, el machismo y la puta crisis. Demasiado común. Excesivamente normalizado.

Esta es la historia de una mala tarde: soy licenciada, masterizada, idiomada, practicada, creativa, resolutiva, asertiva y proactiva. Soy joven y estoy llena de ideas... Pero hace casi tres años topé con un señor que me invitó a pasar a su cálida empresa, con actividades innovadoras enmarcadas en la filosofía de "El mundo a nuestros pies", el compañerismo, la amistad más allá de la subordinación y las relaciones sin edad.

Para una pueblerina como yo, de orígenes humildes, con sueños de paz y tendencia a confiar en los demás, no había en el mundo una oferta igual. Desde aquel enero de 2009, he experimentado todo tipo de sensaciones. Me he visto en todo tipo de tesituras. Al final del viaje, cuando los cuentos chinos acaban, sólo aparece una estepa árida de sucias realidades, mentiras, chantajes, abusos, desprecios, miedo y dolor.

Nos ha tocado una etapa histórica cuesta arriba. Nos ha tocado luchar, ahorrar, reducir, perder, dejar de dormir y hasta rezar. Aún queda consuelo. Sí, nos queda la salud y un tonto consuelo: siempre hay quien lo pasa peor. Siempre hay alguien más pobre, y lo que muchos no alcanzan a intuir, siempre hay alguien más pobre que el hombre más pobre de la tierra. Su mujer.

Por ser mujer no han valorado mi trabajo, no han agradecido mi esfuerzo y me han gritado por los errores de otros. Por ser mujer, en mi trabajo, he tenido que oír comentarios horribles y sobrevivir a propuestas infames. Por ser mujer, he salido de la oficina más de una vez con lágrimas en los ojos y con una esperanza menos en la maleta.

Pero ha llegado una mujer a mi vida. Una mujer extraordinaria. Un Premio Nacional de Danza de mujer.
Estaba a punto de tirar la toalla, de prepararme unas oposiciones o hacer caso a mi padre y heredar el negocio familiar. Una aspirante de última hora, muy recomendada, me había, literalmente, robado una beca de colaboración como un regalo del cielo, para la que yo ya había sido seleccionada. La criatura subterránea con la que compartía piso se estaba convirtiendo en algo peor que un cáncer y parecía no llegar la hora en que se largara de casa, e, incluso, mi relación con Juan Antonio se resentía. Mal humor, mal talante, malas formas y desplantes. En el túnel directo al suicidio o a los antidepresivos, se hizo la luz de la mano de una llamada que nunca esperé, cargada de las mejores noticias que nunca imaginé.

Hoy soy otra mujer, creo que, concretamente, la que siempre "habitó mi piel". Tengo ganas de amanecer y estoy ansiosa por aprender. No me ha tocado la lotería y no hay nadie a quien quiera votar en las próximas elecciones. Ya no creo en princesas, ni en la bondad, ni en el "siempre". Pero tampoco creo en los ogros ni en las brujas chupa sangre. Ahora lo pido todo por escrito y leo cada letra pequeña.

Pero queda aún mucho de lo bueno que tuve ¡porque ya no hay insectos en casa! Soy la dueña de mi espacio, la DUEÑA. Juan Antonio se entretiene en diseñar la redecoración que algún día llevaremos a cabo, mi gente va encontrando su espacio y ¡hasta nos multiplicamos! Ya no hay miedo, ni cueva, ni soledad, ni ofensas. Ahora piso teatros de nombres grandiosos, paseo por Moscú o por Tel Aviv y me desenvuelvo como puedo en aeropuertos caóticos, en buena compañía, con una gran compañía.

Estoy cumpliendo el sueño que plantee casi diez años atrás, cuando supe que la economía no era lo mío, ni las ciencias, ni la docencia, ni las leyes, ni los contratos basura. Cuando sentí que era relaciones públicas, porque así me había parido mi madre. No porque pase los jueves en la puerta de una discoteca, sino porque estoy sobradamente preparada, llena de ideas, dispuesta,  lista y decidida. Que lo mío es la comunicación y el protocolo y, a ser posible, entre focos y bambalinas, rodeada de público, de embajadores, de artistas, de la cultura y de sus genios.

Gracias a Blanca, por ser mucho más que un hada madrina.
Gracias a Juan Antonio, por ser mucho más que mi amigo, mi apoyo y el amor de mi vida.
Gracias a RM y su compañía, por abrirme esta puerta, cederme un lugar y abrigarme en el frío ruso.
Gracias a todos mis amigos, por no dejarme caer y a mi familia, por volar conmigo cada noche, allá donde haga falta.

3 comentarios:

  1. Precioso, G.María... ya iba siendo hora de que llegara tu momento. Ahora ya sólo queda seguir volando hacia arriba! Tqm, el "Magnánimo"...

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  2. En serio... echaba de menos a esta rubia... gracias a ti por ser tan fantástica ^^

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